martes, 16 de junio de 2015

Primera parte

 
CURRÍCULUM – PPI – EDUCACIÓN EN LA FE




Al iniciar una planificación en vistas a seguir con el proceso de reestructuración, la Institución y su plantel docente, directivo y administrativo será informado de las primeras medidas. La Planificación 2015 se iniciará sentando tres bases insustituibles que nos remiten a nuestra misión como Escuela Católica: Planificación teórica y real a través del currículum, la elaboración del Proyecto Pastoral Institucional (PPI) y las bases para entender nuestro rol en la educación en la fe.

1. EL CURRÍCULUM, Miradas y complementariedad
La noción de currículum ha ido calando con esfuerzo y no poca resistencia por parte de las escuelas desde hace algunas décadas. Miguel Ángel Zabalza una definición que, a nuestro parecer, es integral:
El currículum es el conjunto de supuestos de partida, de las metas que se desea lograr y los pasos que se dan para alcanzarlas; el conjunto de conocimientos, habilidades, actitudes, etc. Que se considera importante trabajar en la escuela año tras año. Y por supuesto la razón de cada una de esas opciones[1].
Sin embargo, y ya desde su etimología y las acepciones de la palabra currículum, somos remitidos a dos realidades cuya complejidad puede hacerlos diametralmente opuestos o complementarios. En esta oportunidad intentaremos ver la complementariedad.
a. La mirada teórica (planeamiento curricular): Desde su raíz etimológica, el “currículum” era la carrera de pistas de carroza, el cual estaba delimitado. Por ende, desde su significado literal, dicha palabra nos habla de un camino establecido que se da dentro de un contexto normativo, en pos de que se cumpla. Tal noción de currículum es visto como un conjunto de contenidos teóricos desde el cual se hace difícil cualquier modificación. En la Argentina, dicha noción impulsó al sistema educativo por muchos años, dando la pauta a los enseñantes.
b. La mirada real (currículo real): Apoyada en la expresión “currículum vitae” que acuñó Cicerón, la segunda mirada nos remite a un camino más amplio en el que entra el contexto vital con todas sus aristas y que ofrece la capacidad de elegir. Ello da pase al currículo real, perteneciente al que se pone en práctica día a día en las clases, en situaciones concretas. Esta mirada puede encontrar muchos simpatizantes, pero existe también un riesgo de abrirse demasiado al relativismo en la educación.
c. Complementariedad: Avolio de Cols, en su obra “Los proyectos para la educación en el aula” intenta expresar la preocupación actual por hacer una síntesis de ambas acepciones, sin que una impere por encima de la otra, sino que sea posible trabajar ambas de la mano.
Así por ejemplo citará a algunos autores como Neagley Evans, que afirmará que el currículum “Es el conjunto de experiencias planificadas, proporcionadas por la escuela para ayudar a los alumnos a conseguir, en el mejor grado, los objetivos de aprendizaje proyectados según sus capacidades”[2].
            De esta manera conjuga ambas acepciones, articuladas por el verbo “ayudar”: la planificación se realiza en vistas a ayudar a los alumnos a obtener los resultados deseados desde sus propias capacidades, es decir, contempla la libertad del estudiante e incluso se abre a las nuevas posibilidades que podrían enriquecer el aprendizaje de los mismos.
            Finalmente, complementamos lo dicho concluyendo que ambas miradas forman parte de una misma realidad, solo que en determinados momentos. Se complementan puesto que se necesitan ya que no sería posible pretender que los currículos se cumplan al pie de la letra de manera mecánica y tampoco sería pensable un currículo tan abierto que no tenga bases integradoras sobre las que se asiente cualquier proyecto educativo. Por ello, Cols dirá: “Algunos autores hablan de Diseño, plan o proyecto para referirse al planeamiento curricular y desarrollo curricular para referirse al planeamiento curricular y desarrollo curricular para referirse al currículum real que se realiza en las aulas”[3].



[1] M. Zabalza, Diseño y desarrollo curricular, Ed. Narcea.
[2] S. Avolio de Cols, Los proyectos para el trabajo en el aula, Bs. Aires, Marymar, 1996, p. 14.
[3] Ibidem, p. 25.

No hay comentarios:

Publicar un comentario