jueves, 23 de abril de 2015

DECÁLOGO PARA LA INSTITUCIÓN EDUCATIVA CATÓLICA Y SUS DOCENTES  PARTIR DEL DOCUMENTO CONCLUSIVO DE APARECIDA



  1. Tomar conciencia de la peculiar y delicada emergencia educativa y dar una propuesta de educación en valores humanos y cristianos.
Ser conscientes de la crisis educacional y buscar los medios de revertirla, propiciando una sana educación en valores, los cuales sean una propuesta distinta al predominio del reduccionismo antropológico, la violencia y la inclusión de anti valores que atentan contra la vida y dignidad humana. Esta propuesta debe apuntar a la felicidad del hombre en miras a su presente y a su futuro, con beneficios personales y sociales.

  1. Trabajar en conjunto con la familia en una educación integral que no sólo afiance conocimientos, sino que promueva valores por asimilar y verdades por descubrir.
En conjunto con los padres de familia, insistir en el auténtico fin de toda escuela, la cual ha de ser un lugar privilegiado de formación y promoción integra. Los valores que inserte serán confrontados e incluidos dentro del contexto actual, sin enajenarse de él. Han de presentar “no sólo un saber por adquirir, sino también valores por asimilar y verdades por descubrir.

  1. Realzar la dimensión ética y religiosa de la cultura, para que a través de ellas la persona pueda tener fundamentos sólidos que lo ayuden a tender hacia el bien.
Precisamente con el fin de activar el dinamismo espiritual del sujeto y ayudarle a alcanzar la libertad ética que presupone y perfecciona la psicología. A través de la educación, susciten en los educandos los hábitos y la comprensión necesarios para ser personas de bien.

  1. Presentar al Evangelio y los valores que él conlleva como centro de todas las enseñanzas. Que todo se funde en Cristo y se hable de todo cristianamente.
Impregnar del Evangelio todas las áreas de la enseñanza, de tal manera que todo tenga a Cristo por cabeza, explícitamente o a través de los valores que hacia él nos llevan.

  1. Tener a Jesucristo como principio y fin del proyecto educacional en todos los niveles.
Que el maestro eduque hacia un proyecto de ser humano en el que habite Jesucristo con el poder de su vida. Cristo ha de ser el fundamento y término de todo emprendimiento educacional.

  1. Conducir al alumno al encuentro con Cristo.
Tener como meta el conducir al encuentro con Jesucristo vivo, Hijo del Padre, hermano y amigo, Maestro y Pastor misericordioso, esperanza, camino, verdad y vida, y desde él hacia la vivencia de la alianza con Dios y con los hombres.

  1. Trabajar por una renovación auténtica de la educación, desde el Evangelio.
Comenzar y vivir a cada momento una profunda renovación desde un impulso misionero valiente y audaz. Todo ello en vistas a generar una voz profética a través de la propia educación participada.

  1. Tener como prioridad el acompañamiento de los procesos educativos, la participación en ellos de los padres de familia, y la formación de los mismos docentes.
Por lo cual la educación ha de tender siempre al bien del educando y de su entorno, sin separar una realidad de la otra, para lo cual es preciso un seguimiento continuo de los procesos de los alumnos, su realidad familiar y social.

  1. Consolidar a la educación en la fe, de manera integral y como eje de todo currículum.
En todo el currículum, la educación en la fe tendrá un lugar transversal y habrá de presentarse de manera integral. Para lo cual han de tenerse en cuenta los procesos de formación en pos de encontrarlos con Jesús, animar la vocación misionera y encaminarlos en la iniciación cristiana.

  1. Comprometerse como comunidad educativa en formar discípulos y misioneros a la par de ponerse al servicio pastoral de los lugares donde esté inserta.

Como comunidad educativa (es decir, los directivos, los docentes, los administrativos, alumnos y padres de familia) asúmase el rol de formadora de discípulos y misioneros en todos los niveles. Desde ese punto, se recomienda que se impulse la colaboración a través del servicio pastoral en el sector donde esta comunidad esté inserta. Este servicio pastoral ha de favorecer a los jóvenes, a la familia, la catequesis y la promoción humana de los más pobres. 

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